ALEMANIA EN TIEMPOS ENTRE GUERRAS
EL ENDEUDAMIENTO FORZOSO, LA REDUCCIÓN DE LA INDUSTRIA, LA PÉRDIDA DE RECURSOS, LA REPÚBLICA DE WEIMAR, LA MEGA INFLACIÓN Y EL NACIMIENTO DEL NACIONAL SOCIALISMO OBRERO ALEMÁN
Tras la primera guerra mundial, Alemania fue obligada a cargar con desmesuradas obligaciones para el pago de enormes indemnizaciones a los estados de la Triple Entente; además, fue cercenado su territorio y se redujo considerablemente su capacidad de producción industrial.
Esa carga se impuso sobre Alemania. La Triple Alianza (que enfrentara a la Triple Entente), estuvo integrada por el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano, a los que más tarde se sumara Bulgaria. El monto de las reparaciones exigidas ascendía a 132.000.000.000 de marcos de oro (unos 34.000.000.000 de dólares), una cifra muy superior al total de las reservas de oro alemanas.
El Imperio Alemán dejó de existir. Los Estados Unidos desplazaron a Gran Bretaña como primera potencia militar y económica de Occidente. En 1919 surgió la Sociedad de las Naciones.
En Alemania, tras numerosos y graves hechos internos, con numerosas víctimas, en Weimar, ciudad del actual estado federado de Turingia, se discutió entre febrero y julio de 1919 la Constitución que fuera sancionada el 31 de julio de 1919, por 262 votos a favor y 72 en contra (socialistas independientes, liberales y nacionales), firmada el 11 de agosto y promulgada el 14 de agosto de 1919.
Surgió de ella la llamada posteriormente República de Weimar, instaurando un estado republicano que formalmente mantuvo la denominación anterior del Imperio, el Deutsche Reich (Reich en alemán significa riqueza, la riqueza común de Alemania. Voz equivalente a la inglesa Commonwealth).
En los hechos, el pueblo no participó en la elaboración de esa Constitución; lisa y llanamente fue marginado.
En las formas, la de Weimar fue una república democrática avanzada constituida como Estado federal, encabezado por un presidente surgido de elección por sufragio directo, con mandato de siete años, fuerte autoridad y derecho de disolución del Parlamento.
El Imperio Alemán se convirtió en una república federal con un sistema de gobierno mixto presidencial y parlamentario. El Parlamento se integraba con una cámara electiva, el Reichstag y otra territorial, el Reichsrat.
El Canciller (en alemán, Kanzler) es el jefe de Gobierno de Alemania. Actualmente, en la República Federal de Alemania la denominación es la de Canciller Federal (Bundeskanzler). En la República de Weimar, nombrado por el presidente, asumía el poder ejecutivo.
LA REPÚBLICA DE WEIMAR
En el período inmediato al nacimiento de la República, sobre las penurias del pueblo se cumplieron los términos que fueran impuestos en Versalles y se pagaron los montos correspondientes al período de todas las obligaciones pecuniarias (algo que incluso sorprendió a los “acreedores”, porque el endeudamiento que se impone no tiene como objetivo que se pague, sino todo lo contrario: que la imposibilidad de pago se convierta en el instrumento que permita enseñorearse absolutamente con el deudor y lo suyo).
Los principales acreedores fueron Francia, Gran Bretaña y los EE. UU. Hasta 1921, con sacrificios del pueblo alemán, cobraron lo exigido en término.
Así se llegó a 1921 y la situación general se volvió insostenible, con la hiperinflación generada y la devaluación del marco, que terminó de destruir la ya frágil economía de la República de Weimar.
La emisión de papel moneda (marcos) sin respaldo en oro había servido exitosamente, por poco tiempo, al gobierno de la República de Weimar como "defensa"; pero la acelerada devaluación del marco alemán a inicios de 1922, llevó a que los franceses, belgas y británicos exigieran la entrega de los recursos naturales (madera, carbón, trigo…), imponiendo una presión más severa sobre la economía alemana.
Francia exigió el cumplimiento de los pagos. Alemania solicitó mayores plazos, incurriendo en demoras en la entrega de partidas de madera, que eran parte de pago. La Comisión de Reparaciones de Guerra declaró a Alemania en rebeldía y el 11 de enero de 1923 las tropas francesas y belgas ocuparon la cuenca minera del Ruhr, centro minero e industrial de Alemania, con el objetivo de cobrar así lo adeudado por las reparaciones de guerra impuestas. La reacción alemana fue la resistencia pasiva: las fábricas y minas cerraron. Francia, debilitada en su economía y política, distanciada de Gran Bretaña (que no veía con buenos ojos un fortalecimiento francés), con el franco en caída y pendiente de créditos de los EE. UU., terminó retirando las fuerzas de ocupación del Ruhr. Pero el daño ya estaba hecho, quedando un hondo sentimiento de desconfianza no solo en Alemania, sino también en la sociedad británica.
El pueblo alemán era la principal víctima; estaba incluso mucho peor que durante los años de guerra, era víctima de la economía destruida y sufría las consecuencias: falta de trabajo, desempleo, miseria y hambre. Ante el Reichsbank las filas eran inmensas: miles de personas intentaban llegar a reunirse con su dinero y aun así, quienes llegaban a tenerlo en sus manos, se encontraban conque su capacidad de compra había sido destruida y los billetes no servían de mucho. Los productos de consumo esenciales aumentaban de precio rápidamente, sin cesar. De hecho, no había precio para nada.
Al estallar la guerra en 1914, el sistema monetario del imperio alemán era firme. La circulación monetaria en julio de 1914 ascendía a 6.870 millones de marcos, sostenida en monedas de oro y billetes convertibles al oro. En julio de 1914, un marco papel equivalía a un marco oro (359,1954 miligramos); la paridad del dólar estadounidense con respecto al oro era de 1504, 656 miligramos de oro fino un dólar fue igual a 4,186962 marcos; unos 4,188 marcos por dólar.
Durante la guerra la depreciación del marco fue moderada. En los hechos, hasta julio de 1920 el valor del marco se redujo a no más del 10 % de su valor de 1914.
Tras el fin de la guerra comenzó un proceso de marcada desvalorización monetaria en toda Europa y también en los EE. UU., aunque la carga más pesada recayó sobre Alemania. La inflación comenzó a hacerse sentir. Los precios en los Estados Unidos y Holanda más que se duplicaron; en Gran Bretaña se triplicaron; en Francia se quintuplicaron y en Italia se sextuplicaron.
En Alemania, el vertiginoso derrumbe
del marco tuvo con causa principal las enormes exigencias surgidas el “Comité de Reparaciones”, creado por los
estados vencedores (Londres, diciembre de 1922, y París, enero de 1923).
La caída del poder adquisitivo del ciudadano alemán medio cayó en picada y así se congeló el consumo, paralizando la economía. Las carencias eran absolutas, incluso en lo esencial, como medicinas, alimentos y combustibles.
A lo largo de 1922 el costo de vida pasó de 41 a 82.000.000, es decir, se multiplicó por dos millones.
Este proceso se profundizó y para noviembre de 1923, posiblemente el peor momento, nadie se había salvado; la crisis, sin distinción de clases, alcanzaba a todos.
El 1 de noviembre de 1923, una libra (pfund) de pan costaba 3.000 millones de marcos, una libra de carne: 36.000 millones, un vaso de cerveza: 4.000 millones. Con tal nivel de inflación, los valores en los que se sustenta la estabilidad económica (como lo son el ahorro, el préstamo y el crédito), desaparecen.
REICHSMARK
En 1924 se introdujo el Reichsmark para sustituir al Papiermark ('marco de papel') debido a la hiperinflación existente, que había alcanzado su cota máxima el año anterior. El cambio entre el antiguo Papiermark y el Reichsmark fue de 1 billón a 1. Con el fin de estabilizar la economía y suavizar la transición entre una moneda y otra, el Papiermark no fue sustituido directamente por el Reichsmark, sino por el Rentenmark ('marco de renta'), una especie de moneda interina acuñada por el Deutsche Rentenbank. El Reichsmark fue la moneda oficial de Alemania hasta el 20 de junio de 1948.
Billete de 20 Reichsmark
RENTENMARK
El Rentenmark, RM ("marco seguro") fue la moneda de transición emitida por el gobierno de la República de Weimar el 15 de noviembre de 1923 para parar la hiperinflación alemana de 1922 y 1923. Fue subdividido en 100 Rentenpfennig. Su característica principal era el estar respaldado por una serie de hipotecas impuestas por el gobierno alemán sobre la tierra y mercancías industriales (productos de la economía nacional) por un valor de 3.2 mil millones de Rentenmark para respaldar la nueva moneda. El tipo de cambio era de 1 dólar de los EE. UU. por 4,2 Rentenmark.
Billete de 1 Retntenmark
EMERGE EL PARTIDO NACIONALSOCIALISTA OBRERO ALEMÁN / NATIONALSOZIALISTISCE DEUTSCHE ARBEITERPARTEI (NSDAP)
Entre el 8 y 9 de noviembre de 1923, una agrupación política poco conocida hasta entonces, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), reunió un considerable número de personas en el gran salón de la histórica y antigua cervecería de Bürgerbräukeller (con puertas a dos calles, la Rosenheimer y la Keller Strasse, en el barrio de Haidhausen Múnich). Fue allí donde el gobernador de Baviera, Gustav von Kahr, pronunció un encendido discurso ante más de 3000 personas, manifestándose por un golpe de Estado y el comienzo de un gobierno nacionalista. Acompañaban en este acto a von Kahr Herman Göring, Alfred Rosenberg, Rudolf Hess, Adolf Hitler y numerosos simpatizantes.
Los cabecillas del Putsch (como se conocería la propuesta al golpe) fueron apresados pocas horas después. Hitler, condenado, fue recluido en la prisión de Landsberg. El periódico del partido y toda actividad partidaria fueron prohibidas. Se creyó entonces que se había terminado con el partido. Prisionero en Landsberg, Hitler escribió en su celda “Mein Kampf” (“Mi lucha”), transmitiendo parte de su historia personal y los principios del partido. Si bien la condena impuesta fue de cinco años, la libertad condicional para él llegó a fines de 1924.
Ya en libertad, Hitler se alejó de la toma del poder por la insurrección, apartándose de la violencia como instrumento. Su partido y su nombre fueron postulados para las elecciones de 1928, en las que obtuvieron 12 de los 491 escaños del Reichstag, con el 2,63% de los votos válidos. No obstante, para finales de ese año, el partido contaba con unos 130.000 miembros; iniciando una campaña de propaganda que se centró en resaltar al nacionalismo alemán.
En 1929 su popularidad se acrecentó y cada día fueron más los alemanes que comenzaron a escucharle con atención.
Terminaba la década y la economía mundial recibía el impacto del colapso de Wall Street, que se sintió fuerte en la ya golpeada República de Weimar, que sufrió un nuevo tsunami de hiperinflación.
Cada discurso de la época, centrado en el nacionalismo y su nexo social, ponía también distancia con las reglas del poder económico real imperante en el mundo occidental. Sin decirlo expresamente, el principio era “La Alemania de los alemanes”.
En la Elección Presidencial de 1932 (13 de marzo y 10 de abril), llegaron a la segunda ronda el candidato comunista Ernst Thälmann, el candidato nacionalsocialista Adolf Hitler y el social-demócrata Mariscal Paul von Beneckendorff und von Hindenburg (que buscaba la reelección). El NSDAP fue la segunda fuerza política, detrás del social-demócrata Paul Von Hindenburg quien, reelecto como Presidente, tuvo que negociar y designar como Canciller a Hitler (cargo en el que se mantuvo desde entonces hasta su muerte, en 1945); siendo su partido la primera fuerza política dentro del Reichstag.
Tras la muerte del presidente Paul von Hindenburg (1934), el Canciller Hitler pasó a ser la máxima figura en la estructura política de Alemania.
El pueblo, que buscaba soluciones y respuestas para su difícil situación, se había alineado masivamente con el Nacional Socialismo. En 1932 los afiliados eran 800.000.
23 DE MARZO DE 1933: EN ALEMANIA SE APRUEBA LA Ermächtigungsgesetz / Ley habilitante
El 23 de Marzo de 1933, el Parlamento alemán aprobaba la "Ermächtigungsgesetz"/ "Ley habilitante" (oficialmente “Ley para remediar la difícil situación del pueblo y del Reich” / “Gesetz zur Behebung der Not von Volk und Reich”), otorgando plenos poderes al nacionalsocialismo.
Fue el segundo instrumento jurídico, al que antecediera el llamado “Decreto del incendio del Reichstag”/ “Reichstagsbrandverordnung”, cuyo nombre oficial fuera “Decreto del Presidente del Reich para la Protección del pueblo y del Estado” / “Verordnung des Reichspräsidenten zum Schutz von Volk und Staat”, norma legal dictada el 28 de febrero de 1933 por el entonces presidente de Alemania, mariscal Paul von Hindenburg.
Se considera que su dictado obedeció a la presión del entonces Canciller de Alemania, Adolf Hitler, como respuesta al incendio del Reichstag (Parlamento alemán), ocurrido en la noche del día anterior.
La norma del 23 de marzo de 1933 dejaba sin efecto los artículos referidos a la aprobación del presupuesto del Reich por el Reichstag y el Reichsrat (Consejo del Reich) suprimiendo, a la vez, el procedimiento de emisión de normas que tenían ambos órganos. Supuso -de facto- el fin de la democracia, de la República de Weimar y de su Constitución (Reichsgesetzblatt / Boletín Legislativo del Reich n° 25, de 24 de marzo de 1933).
El decreto emitido tras el Incendio del Reichstag dejaba sin vigor en Alemania el derecho del hábeas corpus y numerosas libertades civiles, lo cual incrementando el poder del Reichskanzler /Canciller del Reich (Adolfo Hitler).
Estas normas fueron importantes elementos para consolidar al régimen Nacional Socialista, que en los hechos comenzara a tomar fuerza el 30 de enero de 1933 cuando el presidente de Alemania, Paul von Hindenburg, nombrara Canciller (Reichskanzler) a Adolf Hitler.
El partido Nacional Socialista tenía mayoría simple en el parlamento, con el 30% de apoyo.
El voraz incendio en la noche del 27 de febrero de 1933 y la consecuente destrucción del Reichstag cambió el panorama, cuando el presidente del Reich, Paul von Hindenburg, señalara a dirigentes del partido comunista.
Inmediatamente después del incendio fue apresado el holandés Marinus van der Lubbe, quien aparentemente confesó haber actuado solo: los policías que lo interrogaron afirmaron que no tenía cómplices. No obstante los búlgaros Georgi Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov quedaron vinculados al proceso, imputándoseles haber participado del complot.
Fueron juzgados en Leipzig, resultando absueltos los búlgaros, siendo van der Lubbe condenado a muerte, sentencia que se ejecutó el 10 de enero de 1934.
Habiendo transcurrido 47 años de la sentencia y 36 años del fin de la segunda guerra mundial, en 1981 un tribunal de Berlín Occidental revocó la sentencia de 1933 declarando la no culpabilidad de Marinus van der Lubbe; haciéndolo sobre la base de una nueva ley alemana sancionada en 1998 que hizo posible la rehabilitación de algunos condenados por la justicia del Tercer Reich entre 1933 y 1945, siendo así que la condena fue legalmente anulada en forma definitiva. En consecuencia, formalmente, la autoría del incendio es –hasta hoy- una incógnita.
En las Elecciones Federales de los miembros del VIII Reichstag (período 1933-1937) realizadas el 5 de marzo de 1933, el nacionalsocialismo obtuvo 17.277.180 votos (el 43.91 %), que sumados a los 3.136.760 votos (7,97 %) de su aliado, el Deutschnationale Volkspartei / Partido Nacional del Pueblo Alemán (DNVP). Hitler logró un acuerdo de coalición con el Zentrum, liderado por Ludwig Kaas y el DNVP, liderado por Alfred Hugenberg, formando gobierno, poniendo fin al estancamiento parlamentario y abriendo el camino de Hitler hacia el poder que alcanzaría tras la muerte de Paul von Hindenburg el 2 de agosto de 1934, hecho que significó el vacío definitivo de su cargo y la concentración de todo el poder político en manos de Hitler, como Führer und Reichskanzler.
La reacción popular ante el incendio del Reichstag fue también un factor determinante para el apoyo al Nacionalsocialismo. A menos de tres semanas después de las elecciones, habiendo sido arrestados todos los diputados comunistas y casi todos los socialdemócratas, el 23 de marzo Hitler lograba la aprobación de la Ley Habilitante.
Asegurándose que los católicos alemanes no serían objeto de presiones ni persecuciones, en los años siguientes se disolvieron los partidos políticos –excepto el nacionalsocialismo.
HITLER EN ALEMANIA DE LA PRE-GUERRA
Con Hitler en el poder, al que llegara en una etapa de crisis económica, social y política, a partir de 1934 se desarrolló una política económica que progresivamente se fue apartando de las limitaciones impuestas tras el fin de la primera guerra.
Hitler denunció el Tratado de Versalles. Alemania dejó de pagar las compensaciones económicas que se le impusieran y se puso en marcha el Programa Reinhardt.
Hubo reacción internacional, con boicot internacional, motorizado por las organizaciones judías del exterior, sobre todo las de los EE. UU.
HESKEM HAAVARA / ACUERDO DE TRANSFERENCIA
En el complejo entramado de relaciones y resoluciones del sionismo en distintas épocas, cabe tener presente el Heskem Haavara / הסכם העברה (Acuerdo de Transferencia), acuerdo firmado el 25 de agosto de 1933 tras tres meses de conversaciones entre funcionarios del sector de la economía del nacional socialismo alemán, la Federación Sionista de Alemania (die Zionistische Vereinigung für Deutschland) y el Bank Leumi בנק לאומי/ /Banco Nacional), bajo las órdenes de la Agencia Judía para la Tierra de Israel / הסוכנות היהודית לארץ ישראל, una agencia ejecutiva oficial en la entonces Palestina bajo mandato británico; hasta hoy una importante entidad bancaria, una de las tres con oficinas de representación en la ciudad de Buenos Aires (Bank Hapoalim B.M., Israel Discount Bank Limited y Bank Leumi Le-Israel B.M.)
Los bienes materiales son un valor acentuado en la cultura judía; de cualquier forma, no todos los judíos son extremadamente ricos ni amasan grandes fortunas.
El Heskem Haavara / הסכם העברה (Acuerdo de Transferencia) fue un acuerdo firmado el 25 de agosto de 1933 entre las autoridades nazis y la Agencia Judía. El objetivo del acuerdo era permitir a los judíos alemanes vender bienes inmuebles, bienes y otras propiedades que les pertenecen en los territorios bajo el régimen de la Alemania nazi y, antes de que sean expropiados por las autoridades, transferir el producto de la venta a Eretz Israel en bienes comprados en Alemania y del producto de su venta en Israel devolver a los inmigrantes de entre los judíos de Alemania una parte de su capital facilitando que lo reciban.
El objetivo del acuerdo era facilitar la emigración a Palestina, permitiendo a los judíos alemanes vender bienes inmuebles, otros bienes y propiedades que tenían en los territorios bajo jurisdicción de Alemania y transferir el producto de la venta a la Eretz Israel (ארץ ישראל / Tierra de Israel) en bienes comprados en Alemania; así, de lo obtenido por su venta en Palestina y el cercano Oriente, los inmigrantes trasladados desde Alemania recuperaban una buena parte de su capital.
Los dirigentes sionistas, por su parte, se comprometieron a romper el boicot que habían organizado las organizaciones judías en el mundo, con las de los EE. UU. como las de mayor peso y que estaba afectando muy directamente al naciente Reich. Tras la primera guerra mundial, Alemania había sido obligada a cargar con desmesuradas obligaciones para el pago de enormes indemnizaciones a los estados de la Triple Entente; además, fue cercenado su territorio, se redujo considerablemente su capacidad de producción industrial y sus recursos naturales fueron absorbidos por los acreedores. Los años ’20 se caracterizaron por la hiperinflación generada y la devaluación del marco. Ya en los años ’30, con el advenimiento del nacional socialismo se desarrolló una política económica que progresivamente se fue apartando de las limitaciones impuestas tras el fin de la primera guerra. Se denunció el Tratado de Versalles. Los recursos naturales comenzaron a utilizarse para el desarrollo del país y mejorar la calidad de vida de su gente. Alemania dejó de pagar las compensaciones económicas que se le impusieran y se puso en marcha el Programa Reinhardt, que contemplaba el desarrollo de la infraestructuras públicas: autopistas, redes de ferrocarriles, canales, obras hidráulicas y energéticas; incentivos para la inversión en empresas y puesta en marcha y desarrollo de la industria, incluso la militar, que había sido prohibida por el Tratado de Versalles. Con el consecuente rechazo de los estados “acreedores” y el fomento del boicot.
Para
la aplicación del acuerdo, la empresa fiduciaria en Palestina se denominó Trust
and Transfer Office Haʿavara Ltd. y fue dirigida por Werner
Feilchenfeld. En Alemania se fundó la Oficina Fiduciaria Palestina para el
Asesoramiento a Judíos Alemanes GmbH (Paltreu) / Palästina-Treuhandstelle zur
Beratung deutscher Juden GmbH (Paltreu) con la participación de los bancos M.
M. Warburg & Co. (Hamburgo), A. E. Wassermann (Berlín) y el Anglo-Palestine
Bank de Tel Aviv.
COMUNICACIÓN DE LA PALTREU A UN BENEFICIARIO DE TRASLADO E INGRESO A PALESTINA
"Fecha: 2.7.37
Sr. Walter Katzauer
Bruchsal.
Acción de aceleración No.3808
Confirmamos recibo de su carta del 30.6.37 y enviaremos el certificado consular al consulado británico en Frankfurt a.M. tan pronto como recibamos el informe de pago de A.E.Wassermann. No es necesario que nos presente sus pasaportes. Por lo tanto, le recomendamos que se ponga en contacto con el Consulado Británico en Frankfurt/M. Tenga en cuenta que los pasaportes no deben enviársenos a nosotros después del registro, sino a usted mismo. Lo único que tiene que hacer es enviarnos la baja definitiva.
Atentamente"
Fueron muy activos los Judenrat, los comités judíos que, como Consejos de Gobierno, controlaban los guetos en Alemania; actuando en la selección de quienes podían emigrar. Así eran elegibles para ir a Palestina emigrantes con capital al menos de unas 1.000 libras (cerca de U$S 5,000 al cambio de los años ‘30), a pesar de las estrictas restricciones de los británicos con relación a los inmigrantes judíos, haciéndolo bajo un plan para inmigrantes inversionistas. Algo similar a las actuales visas para inversionistas de los EE. UU. (EB5) y algunos estados europeos (Visa de oro; Visa dorada; Golden visa).
Parte de estos temas relacionados con la Alijah (עֲלִיָּה) -término para la inmigración de judíos de la diáspora a la Eretz Israel / Tierra de Israel- fueron negociados por Otto Adolf Eichmann (quien incluso viajó a Palestina durante el mandato británico), siendo tratados durante el proceso que se le siguiera en Israel, tras haber sido secuestrado por agentes del Mossad / ,המוסד transl. JaMosad (La institución) en San Fernando (PBA) y extraído irregularmente del territorio nacional argentino.
El Haavara tuvo su punto final tras la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939.
VIDEO: EL HESKEM HAAVARA
Desde España, el historiador Iván Gómez Avilés, autor del libro “Acuerdo Haavara”, se refiere a dicho pacto. Desde Chile, el investigador y analista internacional Nicola Hadwa, nos acerca a la historia de este fenómeno político. Tras la incautación de bienes judíos por la Alemania nazi, los perjudicados (no tan pobres y con dinero) podían acogerse a este pacto y emigrar a Palestina con parte de sus bienes y a cambio el movimiento sionista alemán garantizaría la paz social para que se produjese una salida pacífica de los judíos hacia Palestina.
¿Fue este pacto una operación de rescate de personas o capitales para llevar dinero a Palestina para fundar un Estado judío allí a expensas de los pobladores árabes?
¿Qué papel jugó, en aquel entonces, el mandato británico en Palestina?
¿Qué impacto tiene hoy el pacto Havaara en la política del ocupante israelí contra el pueblo palestino?
Un capítulo del programa “Conflictos”, de Al Mayadeen en español que, desde Buenos Aires, conduce Sebastián Salgado.
DESARROLLO ECONÓMICO DE LOS AÑOS '30
Friedrich Rudolph (Fritz) Reinhardt (nac. Ilmenau, Turingia, Imperio Alemán, 3 de abril de 1895 – fall. Regensburg, Bavaria, República Federal de Alemania, 17 de junio de 1969) fue funcionario del gobierno del Tercer Reich; desde marzo de 1933 fue el primer vicepresidente del Comité de Presupuesto del Reichstag. El 1 de abril de 1933 Reinhardt pasó a ser secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas del Reich, que encabezaba Johann Ludwig Graf Schwerin von Krosigk
En junio de 1933 se introdujo el "Programa Reinhardt" para el desarrollo de infraestructuras. Combinaba incentivos indirectos, como reducciones de impuestos, con inversión directa en el desarrollo de la infraestructuras públicas: autopistas, redes de ferrocarriles, canales y vías navegables, obras hidráulicas y energéticas; incentivos para la inversión en empresas; puesta en marcha y desarrollo de la industria militar, que había sido prohibida por el Tratado de Versalles y otras iniciativas que dieron como resultado una gran expansión de la industria de la construcción alemana. Entre 1933 y 1936, el empleo en la construcción aumentó de unos 660.000 puestos de trabajo a más de 2.000.000. Los automóviles y otros vehículos motorizados se volvieron cada vez más atractivos para el pueblo, con mayores posibilidades de ser adquiridos, con el consecuente auge de la industria automovilística alemana.
El marcado incremento de obras públicas y desarrollo del sector industrial, incluyendo la industria militar, trajo como resultado inmediato la recuperación económica.
El desempleo se redujo considerablemente en los años siguientes. Los controles de precios evitaron que resurgiera la inflación.
Grandes empresas fueron privatizadas: bancos (entre ellos, los mayores, como el Commerz– und Privatbank; Deutsche Bank und Disconto-Gesellschaft, Golddiskontbank y Dresdner Bank); líneas ferroviarias, como los Deutsche Reichsbahn /Ferrocarriles alemanes, entonces la empresa pública más grande del mundo; astilleros; navieras; estructuras de asistencia social y muchas otras); en el marco de un concepto de privatización bajo estricta fiscalización estatal, con la participación directa de miembros del NSDAP en las estructuras directivas de cada empresa. El principio era que las empresas tendrían gestión privada, siempre que fuera posible, evitándose la propiedad estatal, salvo exigencias surgidas de la necesidad del rearme o del esfuerzo de guerra y, aún si así fuera, se remarcaba la necesidad de incluir en el contrato de constitución una cláusula de opción, por la cual la empresa privada que operara una planta tenía derecho a comprarla.
Se creó un eficiente sistema estatal para regular y reducir las importaciones de materias primas y productos terminados, con intención de eliminar la competencia extranjera en el mercado alemán y mejorar la balanza de pagos de Alemania.
Se alentó el desarrollo de sustitutos sintéticos de materiales clave, como el petróleo y los textiles.
El mercado reflejó un exceso, con los precios del petróleo a la baja; en 1933 el Estado llegó a un acuerdo de participación en las ganancias con IG Farbenindustrie AG (Interessen-Gemeinschaft Farbenindustrie AG), conglomerado alemán de empresas químicas fundado en 1925 como una fusión de las compañías BASF, Bayer, Hoechst (incluyendo Cassella y Chemische Fabrik Kalle), Agfa, Chemische Fabrik Griesheim-Elektron y Chemische Fabriken vorm Weiler-ter Meer. Se trataba del acuerdo de participación en las ganancias sobre el capital invertido en su planta productora de petróleo sintético, entonces una de las más grandes e importantes del mundo. Situada en Leuna, distrito Saalekreis, en Sajonia-Anhalt (centro de Alemania). El acuerdo garantizaba a la empresa un rendimiento del 5 por ciento sobre el capital invertido y el beneficio que excediera esa cantidad sería entregado al Reich.
Alemania pasó de 6 millones de desempleados en 1932 (43,8% de tasa de desempleados) a menos de 800.000 (12%) en 1936. Para 1938, el desempleo había desaparecido y llegaron a faltar trabajadores para cubrir los puestos disponibles.
Artífice del plan para la recuperación del empleo fue Hjalmar Schacht, ex presidente del Reichsbank (Banco Central de Alemania) en el período 1923-1930.
Si bien se promovió la independencia económica, Alemania no contaba con todas las materias primas necesaria para el desarrollo socioeconómico; creándose vínculos a través de redes de alianzas económicas en todo el mundo.
La construcción de autopistas fue un rubro muy importante en esta etapa, en el marco del impulso a las obras públicas.
La industria del automóvil también motorizaba la industria. Destaca el caso de Audi AG, con vasta y rica historia. Su tradición en la construcción de automóviles y motocicletas se remonta al siglo XIX. Las marcas Audi y Horch, en Zwickau; Wanderer (Andariego) en Chemnitz y DKW (acrónimo de Das Kleine Wunder / Una pequeña maravilla) en Zschopau (tres municipios de Sajonia), enriquecieron la fabricación de automóviles alemana e influyeron significativamente en el desarrollo del automóvil. De estas cuatro marcas surgió Auto Union AG en 1932. Era uno de los mayores fabricantes de vehículos automotores de Alemania en términos de número de unidades producidas. La empresa eligió como marca cuatro anillos entrelazados, que hasta hoy recuerdan a las cuatro marcas fundadoras.
Se segmentó el mercado: motocicletas y autos pequeños para DKW; coches medianos para Wanderer; automóviles lujosos destinados al segmento medio para Audi y vehículos de alta gama para Horch.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las tropas de ocupación soviéticas expropiaron las instalaciones de producción de Auto Union AG, en Sajonia y las desmantelaron.
El boicot externo y las operaciones de las transnacionales de los respectivos sectores provocaron la escasez de caucho y combustible en 1939, resultando en restricciones drásticas para el uso civil de vehículos de motor.
En esa época, en forma concordante se puso manos a la obra en el desarrollo y ejecución del proyecto de construir un automóvil de bajo costo, al que pudieran acceder el mayor número posible de alemanes. Esto, en el marco de un plan que fomentaba la industria del automóvil, reactivando fábricas y haciéndolas competitivas con otras del sector instaladas en Francia e Inglaterra, sobre todo. Así, se llamó a concurso a los empresarios del sector para la fabricación del vehículo, denominado Volkswagen (Automóvil del Pueblo), siendo Ferdinand Porsche quien resultó ser el encargado de ejecutar el proyecto de construcción de un automóvil de características simples y de bajo precio, que podría llegar a ser adquirido por muchos alemanes. Iniciada la segunda guerra, el proyecto Volkswagen se interrumpió, resurgiendo con fuerza tras el fin de la contienda.
En éstos años, el Frente Alemán del Trabajo / Deutsche Arbeitsfront (DAF) tuvo a su cargo la organización y ejecución del programa “Fuerza a través de la Alegría / Kraft durch Freude-KdF”. Ofrecía actividades culturales y de distracción para los trabajadores, que se financiaba con el 1,5% de los salario (algo así como una cuota de sindicato actual). Había, entre otras ofertas, excursiones al campo, actividades deportivas, entradas para teatros, conciertos de música, exposiciones. Sobre todo, posiblemente lo más importante en ese tiempo fue el acercar el turismo a los trabajadores y sus familias.
Algo concordante con el desarrollo del sistema de autopistas / Reichsautobahn y obras viales, que a su vez dio lugar a que surgieran hosterías, comedores y hospedajes en diversos puntos, tanto para ir a almorzar, a tomar unas cervezas o a pasar el día entero o más, en vacaciones. Además, se emprendieron otras obras mayores, como la construcción en la isla de Rügen, en el Mar Báltico, del complejo turístico Prora (de cinco kilómetros de largo), que no llegó a cumplir acabadamente sus fines por el estallido de la segunda guerra.
También se realizaron cruceros para trabajadores a Italia, España y Noruega. El plan de cruceros era de tan buen nivel que incluso llegaron a “colarse” funcionarios del gobierno.
Investigación y desarrollo; tecnología y conocimiento; industria y trabajo; salario justo y desarrollo social, son elementos para tener presente, cuando se buscan explicaciones sobre el apoyo popular. Además del apoyo de empresas fuertes como Vereinigte Stahlwerke AG (United Steelworks), la segunda sociedad anónima más grande de Alemania (la más grande fue IG Farben) y Vereinigte Oberschlesische Hüttenwerke AG, compañía que controlaba toda la producción de metales en la industria del carbón y el acero de la Alta Silesia.
El sistema era, a grandes rasgos, el de una economía nacional mixta que combinaba el libre mercado con la planificación estatal; un sistema intermedio entre la economía dirigida de la Unión Soviética y el sistema capitalista de los EE. UU. Una tercera posición, siempre inaceptable y nunca tolerada por las posiciones extremas.
© Enrique F. Widmann-Miguel / IberInfo-Buenos Aires
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